viernes, 2 de diciembre de 2011

Un cerebro con limitaciones

Supongo que Cristina tendría 6 años cuando le pusimos delante de ella un papel y nos escribió su nombre. No recuerdo por qué razón le dimos el papel y el lápiz, quizás porque nos dijeron en el cole que ya lo sabía escribir.

Sí que recuerdo lo que sentí cuando se lo vi escribiendo: Mi primera sensación era que estaba soñando. La segunda -después de darme cuenta de que estaba despierto- era que no me podía creer lo que estaba viendo.

Tuve que pedir a mi cerebro un sobreesfuerzo para  que lo que mis ojos veían, lo procesase, asimilase y finalmente  sacase la siguiente conclusión: -"Cristina ya sabe escribir"

También recuerdo que me aguanté las lágrimas de la emoción -otra limitación de mi cerebro- porque el momento merecía haber derramado alguna.

5 comentarios:

  1. Me encanta leer cada una de las entradas que sobre Cristina escribes, me encantan. Con sencillez describes cada una de las situaciones que la vida os plantea, para compartirlas con los demás. Yo quiero estudiar educación especial, de modo que todo lo que tiene relación, con la que quiero que sea mi futura carrera, mi futuro, me resulta treméndamente especial. Seguiré leyendo vuestras vivencias.
    Muchas gracias por compartirlas para que personas como yo podamos disfrutar con ellas.

    Mi blog:http://sentirsespecial.blogspot.com/

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  2. me rebosa la emoción tan solo de leerte, entonces me imagino como sería vivir este momento... no tendría palabras para expresarlo

    gracias por compartirlo con nosotros

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  3. me imagino esa emoción, ya habrá otra situación tan hermosa para echarse a llorar que también es lindo!!! besos a cristina!

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  4. que bonito... tuvo que ser n momento precioso y emotivo...

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  5. Buenos días Fernando. El Señor siempre nos va abriendo la mente a cada paso del camino. Paisajes insospechados, atardeceres hermosos, puestas de sol espectaculares.Un abrazo.

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