Eso debió pensar Cristina cuando consiguió un panfleto de juguetes. Nos dijo su profesora que por propia iniciativa había escrito en una hoja varias cosas del catálogo pidiendo a los Reyes Magos que se las trajeran.
En casa la metimos en un sobre con la dirección de los Reyes y yo me olvidé de inmediato de la carta, hasta que por la noche la vimos pegada al cristal de una de las ventanas, que naturalmente estaba a medio cerrar.
A la mañana siguiente la carta ya no estaba y pensé que Cristina no se acordaría de ella. Pero mientras desayunaba oigo detrás de mí: -"¿Dónde están los regalos?" A lo que no pude contestar más que con la verdad: -"Cristina, mira el calendario todavía queda más de un mes para Navidad."
A ver esos Reyes, que no se hagan de rogar, por favor...
ResponderEliminarEs que siempre nos están atosigando antes de tiempo para poner a los niños locos: anuncios, catálogos, decorados... Les quieren meter bien el consumismo en la cabeza desde dos meses antes de Reyes a los pobrecicos.
ResponderEliminarPobre Cristina, ¡tendrá que tener paciencia! ;)
ainsssss, pero buena, la carta se escribe antes para que los duendes de los reyes vayan haciendo y preparando los regalos jejejeje.
ResponderEliminarUn besazo.
aiiiinnnsss es horroroso... cada vez empiezan antes y eso es ansiar a niños y mayores... yo el otro día tenia en el buzón el catalogo de juguetes del corte ingles y como siempre me puse a ojearlo (a estas alturas todavía me encanta ver juguetes y me hace ilusión jajaja) y me puse negra... a parte de faltar 2 meses para navidad estoy tan harta de catálogos y anuncios sexistas!!! es tremendo... luego nos quejamos de los prejuicios pero es que nos los meten por todos lados...
ResponderEliminarVaya que lo siento por Cristina mucho, pero por desgracia, la Navidad no es el éspiritu Navideño, si no el momento de hacer caja y ajustar los balances. Esperemos que algún día las Navidades vuelvan a ser lo que deben ser, especialmente para los niños. Un abrazo
ResponderEliminarBuenos días Fernando. Es fundamental tener un criterio propio poco influenciado por la publicidad, la demostración de que no es Navidad es un magnífico ejemplo para desconfiar de lo que digan los comerciantes, vendedores, etc. Otras ocasiones no parecerán tan claras y contundentes como el calendario.Un abrazo.
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