viernes, 16 de septiembre de 2016

Un prospecto incompleto

Cristina nos dijo ayer que le dolía un muela y la cita que teníamos para el dentista es dentro de unos días. Para que estuviera tranquila pensamos en darle alguna medicina, pero cuál. Ya tiene casi 16 años y las cosas que se nos ocurrían eran disueltas en agua.

Ya conté en una entrada antigua los problemas que teníamos con ella para tomar cualquier líquido que no fuera agua. Acudí a la farmacia y allí me dieron la solución: un medicamento liquido pero que se podía tomar de un solo trago.

Después de comprarla nos pusimos a la tarea de anticiparle cómo era la medicina y cómo se la tenía que tomar, recalcándole que era líquida. Esperábamos toda clase de quejas, sin embargo lo único que preguntó fue: -"¿De qué sabor?"

Como nos dejó sin palabras, cogí el prospecto por si el fabricante había caído en la cuenta de indicar ese detalle tan importante, pero no.

De todos modos, como Cris es una chica valiente y decidida se la tomó como se lo habíamos explicado.

lunes, 27 de junio de 2016

Felicidad contagiosa


Por fin llegó el último día de clase. Aunque Cristina va muy contenta al colegio el final de las clases lo estaba esperando con ansiedad.

Su madre y yo le estábamos esperando en la puerta, hablando de cosas serias. Pero se nos cambió la cara cuando la vimos aparecer con su eterna sonrisa, pero esta vez, casi se le escapaba una carcajada por la alegría que sentía.

Tanto nos contagió su alegría que nos pusimos todos a dar saltos de felicidad en el dintel de la puerta.

La felicidad de Cristina es contagiosa, seguro que ella no se da cuenta pero hacer felices a los demàs  es una de las cosas que mejor hace.